El faro, la ambigüedad lunática


El debut cinematográfico de Robert Eggers, The Witch (2015), situada en el siglo XVII, mostraba como los prejuicios ante lo desconocido creaban mitos como las brujas. Una familia exiliada llegaba a vivir a un bosque en el cual cosas siniestras comienzan a suceder. Lo terrorífico provenía de imágenes poco saturadas, paisajes enigmáticos, altos contrastes y espacios en negros. Una película poco convencional dentro de su género por el uso del tiempo y lo siniestro. 

The Lighthouse (2019, Eggers) también es una película poco convencional. Dos hombres encerrados en un faro en medio de la nada. Un hombre joven, Robert Pattinson, y un hombre mayor, William Dafoe, son nuestros jugadores. El primer cuarto de la película se concentrada en la relación de poder entre ambos. El hombre mayor es el único en resguardar la luz del faro. El hombre joven, por órdenes del mayor, no puede accesar, además que, tiene que mover mar y tierra para limpiar un faro muy desgastado. Sin embargo, cuando no llega un barco por ellos después de cuatro semanas, el faro se convierte una prisión. 

Es difícil seguirle la corriente a The Lighthouse. Ocurre que, los personajes pierden sus cabales, y la narrativa los acompaña. Por momentos, parece que la película se trata de la locura ocasionada por el encierro; pero en otros momentos, parece que se trata de la masculinidad, por la apertura y clausura de emociones; y en otros, se trata de los elementos fantásticos que pueden o no, rodear y alimentar la locura de los personajes. 

La película tiene cambios bruscos en su narrativa. Descifrar una película como ésta requiere acercarse a sus influencias o referencias. El aislamiento como origen de locura en The Shining (1980, Kubrick), o los cuentos de Edgar Allan Poe, o al mito de Prometeo. ¿Se trata de una película cuya experiencia estética tiene de base otras obras y que por sí misma es incapaz de crear un marco interno de referencia? 

Sería muy injusto calificarla de esa manera. Filmada en 35 mm y con aspecto de 1.19:1, la película mantiene un encierro dentro del cuadro. La ausencia del color sugiere la ausencia de cordura. El sonido inquietante crea el ambiente del faro, en medio de la nada, abandonado. Las imágenes son cautivantes y terroríficas. Imposibles de olvidar. Me parece que su ambigüedad, esa incapacidad de poner un punto fijo en su narrativa, es la forma en la que Eggers transmite la locura de sus personajes. 

Tanto inquietante como ambigua, The Lighthouse, quizás esconda un significado oculto entre sus cambios bruscos de narrativa, su manufactura está más cerca de un enigma que de una caja de sorpresas. Y algunos enigmas nunca tienen una respuesta satisfactoria. 


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