The Lego Movie II: El otro del espejo
Entre bloques de plástico y glitches de internet, dos películas para el público infantil comparten más similitudes que diferencias. Las dos son secuelas de franquicias cuyo origen era dudoso: uno de juguetes explotando el siguiente mercado, las películas, y el otro de la sobre-explotación de la idea del villano humanizado. Las películas en cuestión: The Lego Movie Parte II (2019) y Wi-fi Ralph (2018). La idea central: el protagonista de la primera parte ahora cumple una doble función: héroe-villano. Una propuesta narrativa interesante para el publico infantil: enfrentarse a sí mismo, que puede ser el peor antagonista. Lo más favorable: es una alegoría a la muerte de las figuras dominantes, represivas, violentas, inseguras, la muerte a una parte de sí mismo, que es lo negativo: lo que ha de ser erradicado.
Wi-fi Ralph, figura en su centro una historia sobre la amistad: los amigos no tienen que estar juntos e inseparables como el tocino y la mermelada. Los sueños son diferentes, las ambiciones también, y ninguno es posesión del otro. La historia nace después de que el control de videojuego de Vanellope es destruido, y así, Ralph y su amiga tienen que buscar un remplazo en el internet. Ahí, la narrativa parece ir a la obtención de este control, pero da un giro de tuerca: (en realidad anunciado antes): la historia se trata del choque entre dos mundos: Vanellope y Ralph. La identidad del segundo, al ser villano de su videojuego, encuentra un corazón de héroe al ser amigo de Vanellope. La primera no tiene muy clara su identidad: hasta que conoce un lugar llamado Slaughter Race.
Lo que seguro usted ha visto en los anuncios de Wi-fi Ralph son las princesas de Disney. Estas figuras son utilizados en doble filo: matizar los orígenes machistas en sus historias: al ser representadas siempre como víctimas esperando ser salvadas por un hombre, pero también las utiliza para reivindicar su nombre: salvando al hombre inseguro, fuerte y grande, porque en este caso: el mismo es la víctima. El internet está rodeado de figuras femeninas: desde la amiga que hace Vanellope en Slaughter Race, hasta el algoritmo que controla un sitio llamado BuzzTube. Mientras tanto, las inseguridades de Ralph, en cuanto a la posesión, dominación, pero también a su poco entendimiento, hace que se libere un virus: el cuál sea una representación de esa parte de sí que tiene que vencer, o eliminar. Esa parte la cual es venenosa, que está en cierta medida en cada persona, y que es nuestro enemigo día a día para nuestras relaciones personales.
Por otro lado, los juguetes de construcción hacen una cosa similar. En este caso, Emmet es también el héroe-villano de la historia (Ups, spoilers). El alterego de Emmet, es su propia persona, una versión radicalmente distinta, inclinada hacia la maldad: Rex. Una versión futura de Emmet, quien al no ser rescatado por sus amigos después de una terrible situación debajo de una lavadora, intentará destruir … ¿Me estoy adelantando un poco, no?
La primera parte de las películas de Lego, propuso que todo es increíble. Lo que escondía la película era una relación entre padre-hijo sobre construir buenas relaciones familiares. La segunda parte propone que no todo es increíble, pero se puede tener esperanza. Hacen que su mensaje anterior sea más realista, y continuan con las relaciones familiares: hermano-hermana. De igual forma, sobre compartir los juegos de bloque: y de esta manera: el choque de dos mundos. Las dos formas del juego: de un joven que está entrando a la pubertad, y sólo admira las cosas de grandes, y de una niña que admira a su hermano, y quiere compartir lo mismo, pero su juego es diferente: ella prepara una boda para casar a sus personajes favoritos.
El atractivo de la película resulta en la genialidad para conocer la situación de antemano y llevarte una sorpresa hacia el final, en tanto giro de tuerca. La visión está tomada desde el propio joven y sus juguetes, que son una iteración de su subconsciente. Emmet, Estilo Libre, y los otros Legos, están en una tierra apocalíptica que refiera a las películas de Mad Max. Ha pasado mucho tiempo desde que fueron invadidos por “los Duplo”, estos bloques gigantes para niñas pequeñas. Pero un buen día, llega un alíen del espacio, y captura a ciertos juguetes para llevarlos a una boda: Batman se casará con la reina Duplo. (Bueno, es una película infantil, ¿qué esperaban?). Emmet queda varado, con la intención de salvar a sus amigos, así que arma una nave espacial para rescatarlos, y justo ahí se encuentra con Rex.
Lo interesante es que la primera parte de la película te dirige hacia el crecimiento de Emmet: pasará de ser lindo, buena onda, a ser maduro, oscuro, serio. Esto parece ser la intención de su ¿novia/amiga? Estilo Libre. Deseo que, de la misma forma que Vanellope deseaba el control para salvar su juego, no es lo que necesita sino lo que quiere. Estilo Libre también es guiada por este juego unilateral: piensa que la reina Duplo es malvada, y que todo lo que hace es malvada. La película juega este velo con nosotros para destaparnos la realidad: el truco de magia es revelar que no hay nada de malo en estos personajes maravillosamente alegres. De hecho: no hay nada de malo en ninguno de los dos extremos: son diferentes formas de vida. El resultado es que tras el destape del velo: Emmet es el villano que quiere destruir la paz que la boda creará: a fin de cuentas es una boda entre la reina Duplo (la representación del amor) y Batman. (No ría, bueno sí, esa es la intención, da mucha risa).
Rex ha guiado a Emmet ha convertirse en el villano de la película: hasta que es demasiado tarde. Y la situación para nuestros personajes es peligrosa: quedarán guardados en una caja sin que nadie pueda jugarlos. La situación para revertir todo: hay que vencer a Rex: a sus intenciones represivas y dominantes, negativas y asesinas. Y de la misma forma que con el alter-ego de Ralph, una vez que ha sido destruido, por medio del amor: la paz vivirá entre dos mundos.
Última reflexión: las dos son buenas secuelas que retoman temas más profundos y serios hacia los niños: hacia su propio ser. Sin embargo, parece que no logran alcanzar a su primera parte. ¿A qué se debe? ¿A la sobresaturación de contenido? ¿A qué esta estructura narrativa es demasiado confusa y no encuentra una forma sencilla para desarrollarse? ¿O quizás, a algo que no logramos entender por falta de mirarnos en el espejo?
Última reflexión: las dos son buenas secuelas que retoman temas más profundos y serios hacia los niños: hacia su propio ser. Sin embargo, parece que no logran alcanzar a su primera parte. ¿A qué se debe? ¿A la sobresaturación de contenido? ¿A qué esta estructura narrativa es demasiado confusa y no encuentra una forma sencilla para desarrollarse? ¿O quizás, a algo que no logramos entender por falta de mirarnos en el espejo?



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