High Life, bebés en el espacio
Las películas en el espacio trasladan temas humanos a la oscuridad de la galaxia. Ésta última tendría que temer a nuestra oscuridad y no viceversa. Mientras algunas películas en el espacio exaltan la aventura y el progreso, otras se dirigen a la yugular: no sería tan diferente la vida en el espacio que la vida en la Tierra. El título lo indica ya, High Life (2018, dir. Claire Denis), explora la vida en el espacio. Aunque el tema ya ha sido tocado y mostrado, es la maestría de Claire Denis la que separa tajante su identidad de otras cintas con el mismo tema.
La primer diferencia que tiene High Life con otras cintas del género es a que pasajeros sube a la nave espacial. Los ejercicios espaciales en los que se busca llevar la vida humana al espacio y mostrar su éxito no serían con civiles: el viaje no tiene regreso. Los pasajeros de estos viajes tendrían que ser criminales, personas que ya tienen cadena perpetua, cuya vida ya no tiene regreso. Estarán atrapados pero en el espacio y de ahí, no tienen escape. No los mandan en lujosas naves espaciales con tecnología de punta, mandan a la "basura" en basura. Tenemos a lo peor de la humanidad en el mismo espacio.
El segundo punto de enorme diferencia es la seriedad con la cual los personajes se toman estas misiones de re-poblar la humanidad en el espacio. No tiene sentido. Y la locura de la científica Dibs, interpretada por Juliette Binoche, tiene mucho sentido. Si las condiciones para el embarazo en el espacio parecen imposibles, entonces se tratará de un milagro lograr re-poblar la humanidad en el espacio. Los personajes le cuestionan a Dibs el propósito de su misión: se dirigen hacia la muerte, hacia un agujero negro que acabará con todos. ¿Porqué traer nueva vida cuando el fin es un agujero negro del cual no podemos escapar? Esta línea narrativa también desarrolla otra idea importante. La función de las pasajeras femeninas es la de embarazarse. Boyse es una pasajera que no permitirá que Dibs haga lo que quiera con su cuerpo. Ella se rehúsa a ser partícipe de sus locuras, su cuerpo hará lo que ella diga, no lo que le diga la ciencia.
El tercer punto, la sexualidad y la masturbación. No recuerdo alguna otra película en el espacio que haya tocado las tensiones sexuales de los personajes en el espacio. Los personajes tienen una sala oscura en la cual pueden disfrutar del placer por medio de una máquina maravillosa. Las imágenes de Claire Denis detallan el impacto de placer que atraviesan los personajes. La desnudez y la oscuridad se hacen participes del íntimo placer. Hay personajes que no encuentran satisfacción sexual que terminan por realizar actos bestiales e inmorales. Otros personajes prefieren mantenerse ascéticos, como Monte, interpretado por Pattinson. Este punto constituye otro importante, si las conductas sexuales son algo humano, el punto central es la propia humanidad vista desde el espacio.
El cuarto punto, la humanidad en el espacio. Las relaciones entre los pasajeros de la nave espacial revelan actitudes que estudian la naturaleza humana. Quizás High Life no apunte a una esencia única sino a una diversidad de comportamientos, lo cual, la hace ligeramente distinta a otras películas que encierran a personajes para que se vuelvan locos y revelen sus verdaderas naturalezas. En algún punto se nos olvida que son criminales los que mandaron al espacio, y para nuestros ojos, son solo más que humanos. Tanto Monte como Tcherny (André Benjamin) duermen en el invernadero al cual se dedican a cuidarlo. Este acto nos muestra su conexión con la naturaleza y la Tierra que han perdido y dejado mucho lustros atrás.
El punto más diferente en High Life es la aparición de un bebé en la nave espacial. Los primeros minutos se dedican al tierno cuidado de un bebé en el espacio. Este otro punto, de cuidado tan humano, contrasta con lo que, a continuación y a manera de flashback, nos contará la película. Otras películas, o bien muestran a la humanidad existiendo ya en la luna, o bien muestran el experimento como algo exitoso, pero nunca muestran el cuidado de un bebé en el espacio. Lo que hace muy distinta a High Life de otras películas, es que no se conforma con un concepto, sino que lo transforma a una práctica, a la vida cotidiana, a algo que podríamos reconocer y reconocernos.
Si esta película ha espantado a alguien, no lo ha hecho porque la película de miedo sino porque nos da miedo nuestra propia humanidad. Si ha prestado atención a la película y al texto, podrá descifrar que detrás de estas situaciones se presentan metáforas acerca de la naturaleza humana e incluso de nuestro presente. Se trata de una película que lleva a sus pasajeros -y a la audiencia- al espacio para revelar aspectos que incuben al presente y a nosotros. Lo hace de una manera en la que subvierte cualquier tendencia de las cintas del espacio. High Life me parece una cinta mucho más inteligente que aquellas cuya "inteligencia" se basa en su capacidad para explicar misterios del espacio y agujeros negros. No hay un gran presupuesto, pero la maestría de Denis y la forma que encontraron para darle vida a la gravedad en el espacio, o a los espacios del espacio, la hace más original que cualquier otra película cuya perplejidad recae en mostrar un agujero negro con notas largas, largas, largas.



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